Juvenal Robles Lopez

Juvenal Robles Lopez

30 de Octubre 1956 - 26 de Julio 2023

Juvenal was deeply respected and loved by many. He was born in Cruces de Barreras, Michoacán and came to the United States for the first time in 1978. Juvenal traveled yearly back and forth to Michoacán and in 1980 he married the love of his life, Maria Luisa. They welcomed their first born, Rosa, in 1981 followed by Alejandra in 1982, Vicente in 1983, Silvia and Elizabeth in 1984, Baldemar in 1988, and Juvenal (Jr.) in 1990. The yearly travels to see his family in Mexico came to a pause in 1996 when Luisa and their six children joined him, calling Prineville their permanent home. From 1979-1995 Juvenal worked for Wampler who would then sell the ranch to Tom Alexander whom Juvenal continued to work for until 2017. Many remember Juvenal as a hardworking, honorable and respectful man with a huge heart and a calm soul. Juvenal loved playing dominos and solitaire, listening to music, and going to rodeos to see bucking bulls and being surrounded by loved ones. He is survived by his wife Luisa, daughters Rosa, Silvia and Elizabeth, and sons Vicente and Jr. He leaves beautiful memories to all 20 grandchildren and 2 great-grandchildren along with an abundance of family and friends.

Juvenal era profundamente respetado y amado por muchos.

Nació en Cruces de Barreras, Michoacán y vino a los Estados Unidos por primera vez en 1978. Viajaba cada año a Michoacán y en 1980 se casó con el amor de su vida, María Luisa. Le dieron la bienvenida a su primogénita, Rosa, en 1981 seguida por Alejandra en 1982, Vicente en 1983, Silvia y Elizabeth en 1984, Baldemar en 1988, y Juvenal (Jr.) en 1990. Los viajes añales para ver a su familia en México se pausaron en 1996 cuando Luisa y sus seis hijos se unieron a él, llamando a Prineville su hogar permanente. De 1979-1995 Juvenal trabajo para Wampler quien vendería el rancho a Tom Alexander para quien Juvenal siguió trabajando hasta el 2017. Muchos recuerdan a Juvenal como un hombre trabajador, honrado, y respetuoso con un corazón enorme y un alma calmada. A Juvenal le encantaba jugar al dominó y al solitario, escuchar música, e ir a jaripeos a mirar los toros reparar y estar rodeado de seres queridos. A él le sobrevive su esposa Luisa, sus hijas

Rosa, Silvia y Elizabeth, y sus hijos Vicente y Jr. Les deja bonitos recuerdos a sus 20 nietos y 2 bisnietos junto a una abundancia de familia y amigos.

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